
Conforme muchos maestros se retiraron y conventos locales cerraron sus puertas, muchos instrumentos llegaron a la Casa Madre en Kingston.
Después de un tiempo, una colección de tamborines, tambores, muchos flautines y demás se acumularon allí. Hubo también un buen número de metrónomos y diapasones también.
Este invierno, muchos de esos instrumentos fueron donados a la Biblioteca de Préstamos de Instrumentos Musicales en Memoria de Joe Chithalen (M.I.L.L. de Joe), una caridad única en su género, que prestará cualquiera de los 800 instrumentos que tiene, desde violas hasta didgeridus (instrumento musical de viento de los aborígenes Australianos). Ellos tomaron todos aquellos instrumentos que pudieron desensamblarse y ser limpiados. Lo que es particularmente maravilloso de esto es que las nuevas generaciones de músicos se beneficiaran de estos instrumentos y el legado musical continúa de una nueva manera.
