POR JARDINERA CATE HENDERSON
¡Es muy placentero estar al otro lado del Equinoccio de Otoño y poder gozar todavía de un clima tan hermoso! Este año la estación de crecimiento trajo muchos más desafíos que los que quisiéramos ver, aunque es fácil olvidar este hecho cuando estamos gozando de condiciones ideales por el momento. Es fácil olvidar que lo que estamos experimentando en este momento y que se describe a continuación (de acuerdo a las estadísticas del Medio Ambiente Canadienses) son:
- ¡Sequías durante el tiempo de plantación! Hemos tenido solamente 23.8 mm de lluvia en todo el mes de mayo, más de la mitad de esta lluvia (13.8 mm), cayó toda de una sola vez en el último día del mes, el 31 de mayo.
- Por otra parte, junio vio 174 mm, la mayoría cayó durante las últimas tres semanas del mes. Tuvimos por lo menos un diluvio por semana, manteniendo los jardines de cultivo debajo del agua la mayor parte del mes.
- Las temperaturas promedio no variaron mucho durante el verano y la temperatura no estuvo caliente. El Medio Ambiente Canadiense reportó que la temperatura máxima promedio en el mes de mayo fue de 20 grados centígrados; en junio 21 grados centígrados y en julio 24 grados. Hubo muy poco calor del verano para los cultivos solanáceas (hierba mora) tales como los tomates y pimientos que son los que dependen de este calor.
Las sandias, bajo estas pobres condiciones, sucumbieron tempranamente. Aunque las vainas siguieron vivas, los melones y las calabazas de invierno no produjeron para nada fruta madura. Las habas, que también necesitan de calor, produjeron muy pocas vainas. Creo que muchos polinizadores habrán sufrido este año – hubo una reducción de frutos en casi todo, con lo que quiero decir que las plantas produjeron poco o nada de fruta. ¡La mayoría de nuestros polinizadores nativos anidan en el suelo y han de haber estado cubiertos por el agua, las pobres creaturas!
Y por encima de todo esto, porque crecemos semillas y no primordialmente comida, hay más buenas noticias. Aunque terminamos cultivando un número más pequeño de semillas, después de haber sufrido una estación como esta, ellas recordarán estas condiciones y estarán más preparadas para enfrentarlas de nuevo, démosles nuestra bendición. Esta es la única razón por la que por la que “crecemos” las semillas cada pocos años, para mantenerlas disponibles y darles una oportunidad de adaptarse al clima local, aún en años malos. Las semillas de este año están más preparadas que nunca para el caos climático.