La vida consagrada es una vida de relaciones Marcando las acciones más destacadas de 50, 60, 70 años

La Superiora General de la Providencia, la Hermana Sandra Shannon, ofreció estos comentarios a las que celebraron su Jubileo:

En la reunión de la Unión Internacional de Superioras Generales a la que asistí en mayo en la ciudad de Roma, escuchamos de la Hermana Mary Sujita, SND de India. Nos preguntó a nosotras, “¿Quién se ha beneficiado de vuestros votos?” Reflexionando yo diría que ambos “los otros, allá afuera” y “la comunidad, aquí adentro.”

Veamos cómo este mensaje se relaciona con nuestras Hermanas que celebraron su Jubileo:

La Hermana Josephine McCaffrey ha sido siempre la sirvienta de los siervos de Dios. Josephine ha traído vida, sonrisas y consuelo a todos aquellos afuera, a través de su ministerio y de amor, diversión y apoyo a nosotras aquí, en la comunidad.

La Hermana Julia Hamilton fue una maestra de muchos en las escuelas del Canadá y la muy sabia Madre para muchos en Guatemala. Ella es un gran consuelo para nosotras en la comunidad y siempre ha puesto a todas las Hermanas antes que a sí misma.

La Hermana Shirley Morrris brindó consuelo a los enfermos y moribundos en el Canadá con gran maestría en los cuidados de enfermería y posteriormente transfirió esa habilidad a Guatemala y el Perú. Ella trajo a casa su preocupación por los pobres y en ese momento sirvió a las personas de San Vicente. Últimamente su amor por la Madre Tierra ha llevado a Shirley a enseñarnos el  ser conscientes de lo que le estamos haciendo al medio ambiente.

La Hermana Dorothy Fournier con su manera de ser silenciosa, apoyo nuestras instituciones, trabajando arduamente en las oficinas de negocios de Kingston, Moose Jaw y Camrose. Dorothy, así como Jesús, creyó en la honestidad y la rectitud en el mercado de trabajo. El corazón compasivo de Dorothy aun escucha y ayuda a muchas personas allá afuera en Kingston y aquí, en la comunidad.

Estas cualidades de humildad, respeto profundo y compasión han transformado la vida religiosa, ya que la vida religiosa tiene que ver con las relaciones.

Las relaciones son lo no negociable de la vida religiosa. Primero tenemos nuestra relación con Dios. Vivimos para Dios y vivimos para la intimidad con Dios. La contemplación y la misión son las maneras en la que llegamos a casa, a Dios. Vivimos también imbuidas en nuestro carisma y presentamos esa faceta de Dios a todos aquellos a quienes vamos conociendo.

Se viven las relaciones en comunidad. Podemos trabajar tanto y tan duro como queramos pero necesitamos de la comunidad para compartir nuestras alegrías, logros y fracasos. Necesitamos comunidad para sostenernos y poder salir a encontrar al otro. Y cuando ya no podemos salir, necesitamos a la comunidad para acompañarnos, apoyarnos y entendernos.