
La Hermana Kay Taylor (a la derecha), Provincial de las Hermanas de la Caridad, presenta a la Hermana de la Providencia, Jeannette Filthaut con una relieve de la creación como un regalo por facilitar el Capítulo Provincial 2014.
POR LA HERMANA JEANNETTE FILTHAUT
Dirección espiritual y proceso de facilitación parecerán extraños compañeros de cama, sin embargo los encuentro a cada uno de ellos enriquecedores y colaborativos.
Como Directora Espiritual estoy llamada a escuchar atentamente al camino espiritual del otro; escuchando a los codazos del Espíritu cuando hago una pregunta o cuando comparto algo para ayudar a dirigir su propia profundización en su relación con Dios. Conforme escuchamos atentamente a lo que está pasando en sus vidas ahora se desenvuelve adónde su trayectoria los está llevando.
Como una facilitadora del proceso, yo también escucho atentamente al grupo que se encuentra enfrente de mí, haciendo preguntas en la reunión inicial. Estas preguntas me ayudarán a desarrollar un proceso para guiar a este grupo y con ello el resultado deseado. Escuchar es clave en estos dos ministerios, pero también lo es el estar abiertos y ser fl exibles a la guía del Espíritu Santo.
La preparación para ejercer estos dos ministerios es esencial. Antes de que una persona que necesita dirección llegue, yo personalmente refl exiono y reviso, encontrando una oración/ escritura que quizás hable de dónde esta persona se encuentra en su trayectoria actualmente. Hago que el medio ambiente de la bienvenida y conduzca a un compartir reflexivo, incluyendo una rápida taza de té como parte del proceso.
Muchas horas de preparación se emplean en el proceso de facilitación, planeando una reunión como un Capítulo Provincial o General, pero la oración contemplativa es clave a cada día del proceso. Es en este silencioso escuchar a la Palabra de Dios, y entonces el compartir en pequeños grupos, donde profundizamos en nuestra relación las unas con las otras y descubrimos dónde el Espíritu está guiando al grupo. Como resultado, cuando el trabajo empieza, lo que transpira tiene una base mucho más reflexiva y la interacción/ diálogo entre los miembros es más espiritual que confrontadora.
Aunque he hecho mucha preparación para ambos ministerios, a menudo me siento como “una fl auta vacía,” yo también he sido bendecida para experimentar los trabajos del Espíritu en el individuo o en el grupo – y las notas de mi propia experiencia de vida son más enriquecedoras gracias a la presencia y el compartir de estas personas.